"...me han traspasado las manos y los pies.
Puedo contar todos mis huesos;
con satisfacción perversa
la gente se detiene a mirarme.
Se reparten entre ellos mis vestidos
y sobre mi ropa echan suertes.
Pero tú, Señor, no te alejes;
fuerza mía, ven pronto en mi auxilio."
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